Samuráis que caminaron por suelo mexicano
Por Lic. Israel Díaz Nieves.
En el puerto de Acapulco Guerrero México, por la Avenida Miguel Alemán, en la Calle de Coyuca de Benitez y a un lado de la Costa de Playa de Hornos, se encuentra el parque Plaza Japón. Aquí mismo se encuentra en su pedestal, la estatua de un samurái japonés.
¿Quién es el personaje de aquella escultura?, ¿Hubo samuráis en México?, este artículo responde estas preguntas.
Contactos entre Japón y Acapulco.
Japón ha tenido contacto directo con occidente, desde el año de 1543, cuando llegaron comerciantes y misioneros a sus islas, trayendo nuevos productos e ideas, como arcabuces, vinos, el cristianismo, etc. A partir de 1573, el puerto japonés de Nagasaki sería la puerta de entrada del contacto Japón Occidente.
España tendría contacto directos con los japoneses, en los asentamientos de este pueblo, en las islas que eran sus dominios en el Pacífico y Asia: Las Filipinas; los japoneses que estaban ahí, vivían en el pueblo conocido como Dilao; en el archipiélago filipino ya había contacto comercial con el Japón, antes de la llegada de los españoles con Magallanes en 1521; ya establecido el dominio en aquel archipiélago, sometieron a los japoneses asentados ahí; su relación con los nipones de las Filipinas, iban desde esporádicas rebeliones, dar refugio a los japoneses de las islas niponas perseguidos por ser cristianos, hasta ayuda militar contra piratas holandeses, chinos o también japoneses (wakos) que atacaban o amenazaban con atacar las islas Filipinas.
El descubrimiento de la Tornavuelta por Fray Andreés de Urdaneta en 1565, que permitía el regreso directo a la Nueva España por el Oceano Pacífico, abriría las puertas a la conquista definitiva de Las Filipinas en 1571 por parte de Miguel Legazpi.
Ya consolidado el dominio en las Filipinas, la corona española tendría acceso al comercio don Asia, a través de su nave comercial llamada Nao de China, que zarparía entre Acapulco y las Filipnas hasta 1821, trayendo productos como sedas, porcelanas, especias y hasta individuos del continente asiático, como filipinos, chinos y a veces también japoneses.
Hechos históricos donde vinieron los samuráis.
Estos son los eventos históricos entre Japón y el México Virreinal, llamado entre 1521 y 1821 La Nueva España: en 1587 el pirta ingles Thomas Cavendish, en la Península de Baja California, intercepta, captura y quema la Nao de China Santa Ana, entre cuya tripulación había dos japoenese; en 1596 la Nao de China San Felipe, es arrastrada por la corriente hasta el Japón; uno de sus pasajeros era el novohispano San Felipe de Jesús, que sería el primer mexicano que pisaría suelo japones; el mismo San Felipe con otras veinticinco personas, es crucificado el 5 de febrero de 1597, en la ciudad japonesa de Nagasaki, por ordenes de Hideyoshi Toyotomi, llamado también Taycosama; en 1609 naufraga el gobernador de las Islas Filipinas, Rodrigo de Vivero, en costas japonesas; el Shogun gobernante del Japón acoge a Vizcaino, y este logra entablar las primeras relaciones diplomáticas entre ese país y la Nueva España; en 1610 se envía de regreso a Rodrigo de Vivero a la Nueva España, acompañado de una embajada, que es recibida en la ciudad de México por el mismo virrey en persona; La Nueva España manda a su vez una embajada a Japón en 1610, dirigida por Sebastián Vizcaino, para entre otras cosas para localizar la islas de Oro y Plata; Vizcaino regala al Shogún un reloj mecánico, que aún existe hoy; entre 1612 y 1620, se efectúa la expendición Keicho con Hasekura Tsunenaga.
Los japoneses y samuráis que llegaron a la Nueva España.
Durante los eventos históricos ya mencionados, llegaron a la Nueva España (hoy México) japoneses, incluyendo samuráis: Christopher y Cosmas, que fueron los dos japoenes secuestrados por Cavendish en 1587, cuando ataco la Nao donde ellos iban viajando, en las actuales costas de Baja California Sur, convertiendose así en los primeros nipones de los que se tienen noticia, que pisaran actual suelo mexicano; Shozuke Tanaka, que en 1610, encabezo la primera embajada formal japonesa a la Nueva España, que entre otras cosas buscaba conocer tecnología de la minería de plata; Luis Encío, japonés de Osaka cuyo verdadero nombre era Soemon Fukuchi, y Juan de Paez, suegro suyo que se desconoce su nombre nipón, se establecieron en Guadalajara donde se dedicaron al comercio, no se sabe bien si vinieron con Shosuke Tanaka o Hasekura Tsunnega; Hasekura Tsunenaga que entre 1612 y 1620, encabezaría la embajada más importante del Japón a la Nueva España.
Hasekura Tsunenaga y la embajada Keicho. Hasekura Tsunenaga (1571-1622), era un samurai de Sendai a las ordenes del damnyo (señor feudal del lugar), Date Masamune (1567-1636), quien deseaba abrir un puerto comercial para una apertura mercantil, con La Nueva España y España. En 1612 Tsunenaga parte a la Nueva España en el barco de tipo europeo, pero construido por manos japonesas, llamado el San Juan Bautista.
La embajada de Hasekura Tsunenaga llega al puerto de Acapulco en 1614, hay un mapa de la época donde se describe la presencia del San Juan Bautista en dicho puerto. La embajada Keicho se dirige a la Ciudad de México, donde es recibida por el Virrey del momento, que tras conocer algunos altercados entre japoneses y novohispanos, ordena que no se moleste a los nipones, pero que solo Hasekura Tsunenaga y su sequito más cercano solo pueden portar armas.
La embajada Keicho parte a Veracruz, para embarcar de ahí a Europa. Ahí Hasekura Tsunenaga tiene audiencias con el rey de España y el Papa, al visitar lugares como Madrid y Roma. En 1616 regresa a la Nueva España, y de ahí parte a las Filipinas, donde vende el San Juan Bautista, regresando desde ahí al Japón en 1620 sin haber logrado la apertura comercial. Muere dos años más tarde y Japón se cierra del resto del mundo por dos siglos y medio.
Testimonios sobre los samuráis en México.
Existen testimonios sobre la presencia de los samuráis en lo que actualmente es territorio mexicano, durante el periodo virreinal.
Rodrigo Díaz de Vivero escribió el libro Relaciones de Japón, donde narra sus experiencias de su estancia en el Japón, después de naufragar en sus costas en 1609. Ahí entre otras cosas describe las vestimentas de los samuráis, inclusive el mismo menciona ahí que fue vestido de esa manera.
“Trájome de presente cuatro ropas, que como he dicho se llaman quimones (kimonos), forrados de algodón de damasco, y telas diferentes guarnecidas en oro y seda. Muy galanas su modo. También me dieron una espada que llaman Castrana (Katana)…”
Aquí Vivero menciona que recibió una katana, se desconoce cuál fue la suerte de tal espada, pero es muy posible que la trajera a la Nueva España tras su regreso del Japón.
Díaz de Vivero, describe como eran la vestimenta del Shogun Tokugawa Ieyasu (que el llama emperador) y su sequito:
“…veinte caballeros de estos, y todos los secretarios que estaban cerca del emperador, traían unos calzones tan largos, que les arrastraban por el suelo más de dos palmos…El vestido del emperador era azul de raso, labrado con muchas estrellas y medias lunas de plata, y tenía ceñida su espada. Sin sombrero u otra cosa en la cabeza, si no el cabello trenzado y con cintas de colores”.
Cuando las embajadas de Yosuke Tanaka (1610) y Hasekura Tsunenaga (1614), causaron una fuerte impresión en la sociedad Novohispana, que el descendiente de la casa real de Texcoco, Hernando Alva de Ixtlixochitl describe lo siguiente:
“Los tultecas (toltecas) vestían unas túnicas largas, a manera de los ropones que usan los japoneses”
El contemporáneo de Ixtlixochitl, Martin Chimalpahin descendiente de la casa real e indígena de Chalco, da una descripción detallada de como vestían los japoneses que habían llegado a la Ciudad de México. “Todos ellos vestidos como allá (en Japón) se visten; con una especie de chaleco largo y un ceñidor en la cintura, donde traían su catana de acero que es como una espada y con una mantilla, las sandalias que calzaban eran de cuero finamente curtido que se llama gamuza, y eran como guantes de los pies. No se mostrban tímidos, no eran apacible o humildes, si no tenían aspecto de águilas. Traían la frente reluciente, por que se la rasuraban hasta la mitad de la cabeza; su cabellera comenzaba en las cienes e iba rodeada hasta la nuca, traían los cabellos largos, pues se los dejaban crecer hasta el hombro cortando solo las puntas, y parecían (un poco como) doncellas porque se cubrían la cabeza, y los cabellos no muy largos de la nuca se los recogían (atrás) en una pequeña trenza; y como la rasura les llegaba hasta la mitad de la cabeza, parecía como si llevaran corona, pues sus largos cabellos rodeaban desde las cienes hasta la nuca. No traían barbas y sus rostros eran como de mujer, por que estaban lisos y descoloridos; así eran de su cuerpo todos los japoneses, y tampoco eran muy altos como todos pudieron apreciearlo”.
Las descripciones de Rodrigo de Vivero, Hernando Alva de Ixtlixochitl y Martín Chimalpahin, en cuanto a vestido y descripción física de los japoneses, se ven reflejadas en los retratos de la época de Hasekura Tsunenaga: el primero es el de la Galería Borghese en Roma Italia, realizado por Claude Deuret; en el se ve a Hasekura Tsunenaga vestido como samurai; el retrato al oleo estilo europeo que esta actualmente en Sendai en Japón, donde se le muestra vestido a la europea, pero con su característico peinado y katana.
En base a tales retratos se realizo la escultura que esta en Acapulco, que representa al mismo Hasekura Tsunenaga y otras esculturas de el mismo, que hay en Japón, Cuba y España, que son testimonio del paso de su embajada de este en esos países.
Así que hubo japoneses a fines del siglo XVI y principios del XVII en el actual territorio mexicano, algunos de los cuáles eran samuráis que caminaron entre sus habitantes, causando un gran asombro por su físico, porte marcial, vestido y sus famosas katanas.
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https://suracapulco.mx/impreso/tag/acapulco-1614-la-mision-japonesa-de-tsunenaga-hasekura/
Sobre: Israel Díaz Nieves.
Egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México, en la carrera de Licenciatura de Historia de la Facultad de Filosofía y Letras. Interesado en la historia de México, de las religiones y Asia, así como temas aparentemente menos serios como las artes marciales y la cultura pop.
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