Morihei Ueshiba, llamado O’Sensei («Gran Maestro»), fundó el arte marcial conocido actualmente como Aikido.
A principios del siglo XX el desarrollo de las artes marciales en Japón era muy competitivo y peligroso. Torneos, peleas, rivalidades. Con frecuencia el resultado eran lesiones e incluso muertes. La formulación del Aikido se remonta a un incidente que ocurrió en 1925. En el transcurso de una discusión sobre las artes marciales, surgió un desacuerdo entre O’ Sensei y un oficial naval que era instructor de Kendo. El funcionario retó a O’ Sensei a un enfrentamiento, lo atacó con una espada de madera. O’ Sensei se enfrentó al oficial sin nigún tipo de arma, al final del encuentro el oficial se rindió completamente agotado frente a las ágiles esquivas de O sensei. Morihei Ueshiba más tarde dijo que él podía sentir y ver los movimientos de su oponente un instante antes de ser ejecutados. Dijo que este fue el comienzo de su iluminación. Para O’Sensei fue evidente que había derrotado a un atacante armado sin perjudicarlo y sin ni siquiera tocarlo.
O’ Sensei continuó con el desarrollo, la enseñanza y la práctica del Aikido hasta su vejez. Los observadores se maravillaban frente a sus habilidades marciales, su vitalidad y su buen humor. Muchos decían que su mejor Aikido fue el de sus últimos años. Aún daba demostraciones públicas de Aikido a la edad de 86 años, cuatro meses antes de su muerte.
Un día antes de morir, el fundador del Aikido Morihei Ueshiba fue visitado por un sacerdote Shinto quien vino a realizar una oración para el hombre conocido como «O Sensei», Gran Maestro. El sacerdote apenas había terminado su trabajo cuando Ueshiba se levantó y caminó hacia la puerta del Dojo (salón de entrenamiento), donde comenzó la más increible exhibición de Aikido. Se enfrentó contra atacantes con armas, atacantes en solitario y hasta cinco atacantes a la vez y los arrojó sin mucho más que ponerles una mano encima.
Cuando terminó, explicó……….
El Aikido está basado en el amor y la armonía, su poder no deriva de la mera fuerza física, sino de la unidad con el universo.
O Sensei agradeció a todos y regresó a su cama. Al día siguiente murió de un mal de los riñones. Tenía 86 años.
A propósito de la creación del Aikido O’ Sensei decía: «Yo no he creado el Aikido. La historia del Aikido se remonta a la creación del Universo. La inteligencia humana es limitada para comprender las leyes que gobiernan el Universo. Si nos olvidamos de dar gracias a la creación, nuestra vida no tiene ningún valor»
Después de su fallecimiento, el 26 de abril de 1969, el gobierno japonés lo declaró sagrado tesoro nacional de Japón. La condecoración más alta para una persona otorgada por esa nación.