Mis alumnos no pueden ser mis amigos, pero puedo ser su maestro…
Una vez un alumno me dijo:
-Sabomnim, yo quiero ser su amigo
Y yo le contesté:
-Yo prefiero ser tu maestro, y por eso tú y yo no podemos ser amigos, porque la amistad se da entre dos iguales, mientras que la relación del maestro y el alumno es asimétrica por su propia naturaleza.
Pero esto no implica que la relación sea lejana, porque al padre y al maestro los debe guiar el amor, y es así como una relación asimétrica puede ser cálida, cercana.
El verdadero maestro, cuando haya creado un lazo con su alumno se volverá un mentor, y el alumno un discípulo, su relación estará basada en la confianza, en la familiaridad y por supuesto en el amor.
Por eso, los maestros que rompen la línea y se vuelven amigos de sus alumnos, acaban peleados, porque la línea se ha roto, antes o después, uno hará algo que al otro no le guste: el “maestro” ordenara y no se le ordena a los amigos, o el alumno hará algo que “maestro” considerara falta de respeto, y si, siempre será culpa del “maestro” por no haber respetado su lugar.
Tengo la fortuna de seguir bajo la línea de mi maestro, y aún después de tantos años (casi treinta), NO es, ni será mi amigo, es mi maestro, mi Sabomnim.
Así que no, yo no quiero ser amigo de mis alumnos, quiero ser un verdadero maestro, uno que un día haya logrado ganarse el título de Sabomnim:
“Persona Honorable que Enseña con el Ejemplo”.