La Fundación Española del Corazón (FEC) lleva años comprometida con la promoción del ejercicio físico como uno de los pilares fundamentales para la prevención de enfermedades cardiovasculares, junto con una alimentación variada y equilibrada y el abandono del hábito tabáquico.
Debido a la pandemia de la COVID-19, la FEC ha trabajado este año más que nunca, si cabe, en impulsar actividades de concienciación sobre los beneficios de la actividad física para contrarrestar los efectos nocivos del confinamiento en los distintos grupos de población.
Y es que el ejercicio físico es ahora más importante que nunca, posicionándose como uno de los principales antídotos frente a la COVID-19, porque ayuda a combatir el sobrepeso, la obesidad y sus consecuencias metabólicas, factores todos ellos que complican el pronóstico de los pacientes infectados por el SARS-CoV-2.
Hacia los meses de mayo y junio, la FEC creó un grupo de trabajo, liderado por la Dra. Araceli Boraita y con la participación directa de las Dras. Amelia Carro y Mª Dolores Masiá, quienes siempre han insistido en la importancia de contar con expertos en educación física. Es por eso que, desde su creación, el grupo cuenta con la participación de Juan Ramón Heredia, licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Entre las actividades organizadas este año en relación a este tema, destacan varios encuentros online que han abordado desde un análisis de la situación actual de la actividad física en tiempos de pandemia a la importancia de la actividad física en la salud de las personas, pasando por la importancia del descanso y el papel de las ciudades en la promoción del ejercicio físico. La Semana del Corazón centró gran parte de estas actividades.
Ejercicio en poblaciones frágiles
También en el e-Congreso SEC 2020 de la Salud Cardiovascular, la FEC ha organizado una mesa centrada en la importancia del ejercicio físico, en este caso en poblaciones frágiles. En el encuentro han participado Juan Ramón Heredia y e Iria Andrea González García, y en la moderación me ha acompañado la Dra. Boraita.
Si bien el envejecimiento normal no debería hacernos perder nuestra autonomía antes del final de la vida, lo cierto es que la fragilidad aparece con bastante frecuencia en la vejez. El abordaje de esta condición ha sido poco uniforme y existen diferentes escalas para valorarla.
En la cita, se ha señalado la importancia de prescribir ejercicio físico en poblaciones frágiles. Sus beneficios son de sobra conocidos: dota de recursos para vencer enfermedades y proporciona una mejor salud y de mayor longevidad.
Asimismo, iniciar un régimen de ejercicio físico hace mejorar el pronóstico de las patologías de base, ayuda a controlar los factores de riesgo cardiovascular, mejora la capacidad cognitiva y dota de mayor coordinación y equilibrio, lo que supone un menor número de caídas, fenómeno tan frecuente durante la vejez, que puede tener graves consecuencias.
Los especialistas han señalado que, además de prescribir ejercicio aeróbico, en pacientes frágiles hay que ir más allá, con ejercicios de resistencia o potenciación muscular. Esa prescripción debe ser lo más detallada posible y el acompañamiento familiar en poblaciones frágiles resulta clave para conseguir adherencia. Además, desde la FEC defendemos la importancia de la existencia de profesionales de enfermería especializados en ejercicio.
Ejercicio desde etapas tempranas de la vida
Pero el compromiso de la FEC con el ejercicio físico viene de lejos y defendemos su práctica como herramienta terapéutica durante todas las etapas de la vida. De hecho, el pasado año publicamos el documento ‘Riesgo cardiovascular desde la infancia’, en el que instamos a tomar medidas urgentes, entre ellas algunas relacionadas con el ejercicio físico, para frenar la prevalencia de la enfermedad cardiovascular adulta.
Carlos Macaya Miguel
Presidente de la FEC