Por Sbn Yuri Lópezgallo
Nam Tae Him (parte 1)
Si alguien merece un reconocimiento junto al general Choi por el desarrollo de las bases del Taekwon-Do militar es precisamente Nam Tae Him. Comenzó a entrenar en Chung Do Kwan bajo la guía del maestro Lee Won Kuk, años más tarde, al inicio de la Guerra de Corea entró al ejército. Se cuenta que en uno de sus tiempo de descanso dentro de la escuela de oficiales, él y su compañero Kim Suk Kyu brindaron una demostración de Tang Soo Do, la respuesta de sus compañeros e incluso de algunos oficiales fue excelente, en esa demostración, además de la clásica exhibición con formas, defensa personal y rompimientos, ambos cadetes realizaron combate pero lo que más llamó la atención fue la demostración de técnicas de defensa a mano vacía ante ataque de bayoneta.
Al graduarse, Nam Tae Him fue enviado al frente de batalla, ahora con el grado de teniente, se había convertido en el líder de un pelotón del ejército coreano perteneciente a la Sexta División de Infantería del ejército de Corea.
La mayor demostración de la eficacia del Tang Soo Do (aún no Taekwon-Do, ya que este nombre se creó hasta 1955) se dio precisamente en la Guerra de Corea, durante la llamada “Ofensiva china de la primavera” la cual se realizó en 1951 y se caracterizó por la enorme cantidad de combatientes chinos, que en formas de olas humanas atacaban a las fuerzas coreanas y aliadas sin descanso. En palabras de algunos mandos chinos:
“Como no teníamos suficientes armas para todos nuestros soldados, acostumbrábamos mandarlos por oleadas, solo los soldados de las primeras oleadas llevaban armas, la instrucción para los soldados de las siguientes oleadas era que recogieran el arma de algún compañero muerto de las anteriores oleadas”.
Así en la montaña Yang Moon, Nam Tae Him y su pelotón se enfrentaban a los hasta ese momento invencibles chinos que de la mano del ejército norcoreano continuaban avanzando por territorio sud coreano. Los chinos habían rodeado al pelotón de Nam, él contó que una noche los soldados chinos habían entrado a sus trincheras pero estaba tan oscuro que no se podía ver quien era amigo o enemigo por lo que el uso de las armas quedaba descartado:
“En la oscuridad, Nam oyó un ruido, se tropezó con alguien, y durante la escaramuza intento sujetar del pelo al hombre. El soldado chino estaba intentando hacer lo mismo. Sin luz alguna, la única manera de distinguir al enemigo era tomándolo por la cabeza, porque los comunistas tenían cortes al rape y los surcoreanos ligeramente más largo. En esa trinchera Nam sintió pelo corto –casi pelado- y golpeo. Su enemigo cayó”.
Nam contaba que repitió ese procedimiento durante toda la noche. Así, estuvo pelando cuerpo a cuerpo con las técnicas del Tang Soo Do, al llegar el día los chinos abandonaron las trincheras y la batalla se libró con base a las armas de fuego, al llegar la noche la historia se repitió, caminar por la trinchera, chocar con alguien, tocar su cabeza, golpear con fuerza, jalar, atacar, defender la vida, a los compañeros y a la patria por la vía del puño, nuevamente el día alejo a los chinos y nuevamente la noche los regreso a las trincheras, esta fue última noche que Nam tuvo que pelear de esa manera ya que en la mañana el enemigo se retiró y el ejército norteamericano acudió a reforzarlos. La historia nos dice que Nam durante el día recorrió las trincheras y encontró no menos de dos docenas de soldados chinos muertos sin heridas de balas, bayonetas o explosiones, eran los hombres que había derrotado usando el poder de su arte marcial.
Después de muchos esfuerzos, esta batalla se convirtió en la primera victoria del ejército coreano contra los chinos, esta proeza y extraordinaria demostración del poder de la práctica de las artes marciales pronto se convirtió en una leyenda y sería una base muy firme para el desarrollo que años más adelante sería impulsado por el general Choi.
Los méritos de Nan Tae Him dentro del desarrollo del Taekwondo serán muchos y muy diversos, pero es una historia tan larga que la veremos en diferentes post.
