Al fin había llegado al lugar indicado, el tesoro se encontraba dentro de aquella cueva. “Menos mal que traje conmigo la mochila mas grande que tengo, así me llevaré todo lo que encuentre”, pensó el viajero, mientras se adentraba en las oscuras entrañas de la caverna. Cuando llegó donde yacía el oro que tanto buscaba, se encontró con pilas y pilas de monedas, vasijas y utensilios dorados que iluminaban todo el lugar con su brillo. Atónito, el viajero no tenía idea de cómo podría llevarse todo ese tesoro en su mochila…
Creo que esta historia refleja lo que uno siente cuando se adentra en el fascinante mundo de las artes marciales chinas. Y es que tras miles de años llenos de guerras, imperios y dinastías, China cuenta con un legado de artes marciales tan basto que simplemente sería imposible enumerar todos sus estilos sin dejar a más de uno fuera de la lista.
Muchos grandes maestros y eruditos del Kung Fu se han dado a la difícil tarea de clasificar los distintos estilos en aras de facilitar su estudio. El problema es que, muchas veces, estos intentos de unificación no son tan precisos y corren el riesgo de ser injustos con algunos estilos al minimizar su importancia dentro de la tradición marcial.
Comencemos por la categorización por filosofía o religión. Algunas artes marciales chinas, no solo están ligadas a su religión sino que han sido parte fundamental para la expansión de las ideas que esta predica. Quizá las de más renombre son Shaolin Quan y Wudang Quan, estilos profundamente asociados con el budismo y taoísmo respectivamente. Aunque con mucho menor fama, también existen estilos confucionistas y musulmanes. El conflicto con este tipo de categorización es que, cada vez con más frecuencia, los practicantes se han alejado de las enseñanzas religiosas enfocándose únicamente en el arte marcial.
Otro ejemplo, es la división por escuelas. Actualmente, se reconocen siete grandes escuelas, que a su vez, contienen distintos estilos, principios y familias. Estas son:
-Shaolin: originada en el Templo Shaolin de Songshan, provincia de Henan.
-Wudang: originada en la montaña Wudang, provincia de Hubei.
-Emei: originada en la montaña Emei, provincia de Sichuan.
-Nan Quan: esta escuela representa los estilos practicados en el sur de China.
-Xingyi Quan: proveniente de las provincias de Shanxi y Hebei.
-Taiji Quan: con orígenes en la provincia de Henan y Beijing.
-Baguazhang: escuela oriunda de la capital, Beijing.
Hoy en día, los estilos que promueven estas escuelas no sólo se practican en su región de origen, sino en todo China y muchas partes del mundo. El problema con esta división de escuelas es que importantes estilos del sur de China como Hong Quan o Wingchun, tan ricos en tradición y practicantes, pierden trascendencia al ser incluidos en una misma escuela “Nan Quan”. A diferencia del Taiji, donde todas sus familias reconocen esta escuela, Nan Quan es más bien percibido como un estilo independiente. Cualquier practicante de Taiji precede el nombre de su escuela antes de mencionar la familia o estilo; Taiji estilo Yang, Taiji estilo Chen, etc. En cambio, nunca he escuchado a un estudiante de Wingchun decir que practica Nan Quan estilo Wingchun.
Entre las clasificaciones por zona geográfica, existe la de “estilos del norte” y “estilos del sur”. 南拳北腿 (nan quan, bei tui) es quizá una de las frases más comunes entre practicantes de artes marciales chinas. Podríamos traducirla como: “puño en el sur, patada en el norte” y hace referencia a que las artes marciales practicadas en el norte de China se enfocan más en la fuerza de las piernas, implementando patadas altas, saltos y las posturas básicas como mabu, pubu o xubu son más bajas. Por el contrario, en el sur, se utilizan más los puños y las posturas básicas son más altas. Esto se basa en la idea de que en el norte de China la gente vivía entre montañas, por lo que ejercitaban mucho más la parte inferior del cuerpo y comúnmente sus batallas se desarrollaban en tierra firme, lo que facilitaba el uso de saltos y patadas durante un combate. En el sur, lleno de ríos y cerca del mar, la mayoría de la gente se dedicaba a la pesca y normalmente aprendían Kung Fu para defenderse de los piratas. Así, las técnicas con pocas patadas y posturas altas eran más efectivas para pelear en la inestable superficie de un barco o balsa en altamar. Para esta clasificación geográfica, se toma al río Yangtze como división. Las artes marciales que se practican al norte de este río se consideran “estilos del norte” y “estilos del sur” a los que se practican en el lado opuesto.
Aunque muchos estilos pueden caber dentro de esta clasificación, sería un error considerarla como la más adecuada. Baji Quan, que aunque muy practicado en Taiwan, es oriundo de la región de Hebei (al norte de China, si tomamos como referencia al río Yangtze) es un estilo de pelea mucho más enfocado en la parte superior del cuerpo; utilizando puños, codos, hombros y hasta caderas más que patadas. Así, con sólo mencionar este ejemplo, la creencia de “Nan quan, bei tui” comienza a perder balance.
Huang Zongxi, un renombrado filósofo de principios de la dinastía Qing (1644 -1911), propuso clasificar a las artes marciales chinas en dos estilos; “Neijia” (internos) y “Weijia” (externos). De acuerdo con esta idea, los estilos más enfocados en el ataque, movimientos explosivos y fuerza física, son considerados Weijia o externos. Shaolin Quan, Bai Mei Quan, Hong Quan, son ejemplos de este tipo de estilo. Neijia o los estilos internos, ponen más énfasis en la defensa, la circulación del Qi (energía vital) y movimientos más lentos y relajados. Wudang Quan, Xingyi Quan, Taiji Quan, son ejemplos de estilos internos.
Si quisiéramos encontrar algún inconveniente en la idea de Huang Zongxi, podríamos decir que la repartición de estilos entre estas dos categorías es muy desproporcionada. Ya que la gran mayoría de estilos son considerados Weijia o externos. Desde mi punto de vista, esta categorización es la más acertada pues no sólo representa el espíritu “ying-yang” de las artes marciales, sino que se puede aplicar a todos los estilos de Kung Fu que hay, incluso los más modernos.
No podríamos dar por terminado este tema sin mencionar la más actual de las clasificaciones. Desde la aparición del Wushu y los esfuerzos del gobierno por hacerlo una disciplina olímpica, podríamos decir que las artes marciales chinas se dividen en “Wushu moderno” y “Wushu tradicional”. La primera de estas dos, es considerada la evolución más reciente de las artes marciales chinas. Su enfoque está orientado a la estética de sus posturas y la dificultad de sus acrobacias, alejándose así de sus raíces marciales. El “Wushu tradicional” simboliza lo que en el occidente conocemos como Kung Fu o todas las artes marciales chinas tradicionales. Habría que hacer un cuidadoso análisis del significado real del término “Wushu” para darnos cuenta de que la disciplina que hoy asociamos con este nombre está cada vez más lejos de representar su significado. Pero ese ya es tema para un próximo artículo.
El mundo de las artes marciales está lleno de categorizaciones y definiciones. Está en cada maestro, cada aprendiz, la responsabilidad de conocer las raíces y los términos más apropiados para definir el estilo que practican. Esto es fundamental en la lucha por preservar las tradiciones y principios de las artes marciales. Pero no es una tarea fácil, ya que una vida no es suficiente para aprender, en su totalidad, un sólo estilo de Kung Fu. Y quiero quedarme con esta idea para dar un final a la historia del viajero y su tesoro.
… El viajero abandonó su mochila en el umbral de la cueva. Por largo rato se paseo entre las montañas de oro y admiro cada objeto dorado que había. Quizá por una suerte de magia, o alguna fuerza que no puede explicarse, una moneda llamo la atención del viajero. Una sola entre las miles que ahí se amontonaban, no había nada especial en esta moneda pero era la que más le gustó a él y eso es lo que importaba. La guardó en su bolsillo y, feliz, salió de la cueva.
