Desde que vivo en China, muchos amigos y conocidos, sobre todo los que practican artes marciales, me preguntan si es verdad que en este país la gente practica Kung Fu en todos lados. La respuesta siempre es un rotundo sí.
Basta caminar una mañana por algún parque público para darse cuenta de que en este país la vida está llena de Kung Fu. Y es que seguro encontraremos a muchos haciendo sus formas de Tai Ji, o Qi Gong, o Bagua, o Hong Quan, o Shaolin Quan, o cualquier otro tipo de arte marcial Chino.
Y no sólo en los parques. Recuerdo una vez que iba en bicicleta por la calle de una pequeña ciudad llamada Shang Qiu. Pasaba junto a un edificio en construcción y, justo frente a él, había un grupo de niños practicando formas básicas de Wushu, mientras su Shifu les observaba sentado en una viga de metal que después formaría parte de aquel edificio. Este tipo de acontecimientos no son poco comunes en cualquier parte de China. Personas de distintas edades, individualmente o en grupo, a manos libres o con armas como espadas, sables, garrotes, látigos; todos practicando Kung Fu en un parque, en la calle, frente a su casa… en fin, donde sea.
En China todos tienen algún familiar, amigo o conocido que sabe Kung Fu. Uno puede encender el televisor a cualquier hora del día, de seguro más de un canal estará transmitiendo alguna película o una serie relacionada con las artes marciales. Y en el cine, siempre habrá por lo menos una película de Kung Fu en cartelera.
Otro lugar donde podemos darnos cuenta de la importancia que tiene el Kung Fu, es en el sistema educativo. China es uno de los pocos países que conozco con escuelas dedicadas sólo a la enseñanza de artes marciales. Algunas de estas academias tienen capacidad para alojar decenas de miles de alumnos y normalmente se ubican en lugares donde su enseñanza es considerada una tradición; como Shaolin, Wudang, Emei o la villa Chen. Los niños que asisten a estas escuelas pueden hacer una carrera como artistas marciales. Normalmente viven en sus dormitorios y practican Kung Fu cinco o seis días a la semana por lo menos 6 horas al día.
Pero no sólo los que acuden a estas academias tendrán contacto directo con las artes marciales. Es muy común, que reconocidos maestros sean invitados a las escuelas públicas de su localidad para enseñar algunos movimientos básicos a los estudiantes, además de impartir charlas sobre el estilo de kung Fu que practican. Muchos directivos incluyen estos ejercicios básicos en rutinas que los chicos practican, todos juntos y cada mañana, en la explanada de sus respectivos colegios.
Como podemos ver, las artes marciales y su filosofía son parte intrínseca de la cultura China. Y aunque sería una mentira afirmar que todos los chinos saben Kung Fu o que cualquier viejito practicando en un parque es un gran maestro. Lo cierto es que si vives aquí o sólo vienes de visita, indudablemente, tendrás contacto con las artes marciales.
Desde mi punto de vista, la sociedad china es la que mejor envejece. Con esto no me refiero a que sea la más longeva, sino la que se nota más saludable al llegar a la tercera edad. Así como al inicio mencioné que no es raro ver gente practicando Kung Fu en todas partes, tampoco lo es que muchos de ellos sean personas mayores. Llena de gusto verles haciendo splits, dando patadas, agacharse y hasta correr. Para mí no es coincidencia que la misma cultura que nos regaló el Kung Fu, también sea una de las mas saludables que hay.