-Por Santiago Aispuro
La escuela tenía un aroma peculiar, una mezcla de limpieza y el rastro del esfuerzo compartido, ese sudor que cuenta historias de dedicación. Había algo especial en el ambiente, una energía que no podía explicar, pero que me hacía sentir pequeño y, al mismo tiempo, lleno de posibilidades. Ese día, recibí mi primera faja.
El sifu me entregó la faja blanca con una solemnidad que solo después comprendí en su totalidad. No era simplemente un trozo de tela; lo supe al sostenerla entre mis manos. Era un símbolo, un inicio, un compromiso conmigo mismo, aunque en ese momento no lo entendiera del todo.
Me arrodillé para recibirla. Observé a los demás, más avanzados, con sus fajas oscuras, desgastadas en las puntas por los años de práctica. Intenté imitar cómo se la ajustaban, torpe en mis movimientos, hasta que un compañero con faja verde y una mirada amable me ayudó a colocarla.
Cuando finalmente la até alrededor de mi cintura, algo dentro de mí cambió. Ya no era solo una faja blanca. Era una declaración de intenciones, un recordatorio de mi decisión de enfrentar el esfuerzo, el dolor y la constancia que este camino demandaba.
El sifu nos pidió que formáramos una fila. Caminó frente a nosotros con calma y dijo: “Cada faja es un paso, pero la blanca es especial. Representa pureza y vacío, pero también potencial. Está limpia porque aún no tiene historia. Ustedes serán quienes la escriban”.
Esa primera clase fue un desafío. Mi cuerpo no comprendía los movimientos, mi mente se resistía a seguir las instrucciones rápidas. Caí al suelo más veces de las que me levanté, pero la faja seguía ahí, abrazándome, recordándome que estaba dando el primer paso en algo que valía la pena.
Al salir de la escuela ese día, agotado pero con una extraña felicidad en el pecho, toqué mi faja. Era imperfecta, como yo. Pero estaba seguro de algo: esa simple y simbólica faja marcaría mi destino. Era el comienzo de una historia que, hasta el día de hoy, sigo escribiendo.
Que este año 2025 sea increíble y lleno de bendiciones.
Bendecido día.