Por Sbn Yuri Lópezgallo
En Japón hay una especie de cangrejos en cuyo caparazón aparece la cara furiosa de un samurái, se les conoce como los cangrejos malditos de Heike, déjame contarte su historia
Para poder entender la historia de los cangrejos malditos, debemos adentrarnos en una famosa batalla, la cual es reconocida como la primer gran batalla naval donde combatieron los samuráis.
“La batalla maldita de los espíritus dolientes”
La batalla naval de Dan-no-ura
Esta épica batalla naval es muy importante en la historia de Japón, ya que marcó el fin de las Guerras Genpei, en la cual se enfrentaron dos de los clanes más poderosos de Japón: Los Minamoto (también conocidos como Genji) y los Taira (o Heike). El triunfo de los Minamoto dio lugar al nacimiento del primer shogunato de la historia de Japón, el Kamakura.
Años antes, estos mismos clanes se enfrentaron en la Guerra Heiji. Los ganadores fueron los Taira, quienes tomaron el poder y comenzaron a hostilizar a los miembros de la corte que no pertenecían a su clan.
Taira Kiyamori era el líder del clan, su hija era esposa del emperador. Cuando ella dio a luz al príncipe heredero, Kiyamori obligó a través de presiones a su yerno, el emperador, a renunciar en favor de su nieto de escasos meses de edad.
El yerno de Kiyamori era ahora reconocido bajo el título de “emperador retirado”. Él y su círculo conspiraron para retomar el poder. Entre los principales enemigos de Kiyamori se encontraban los herederos del clan perdedor en la guerra anterior, los Minamoto, Yoritomo y Yoshitune, quienes se alzaron en armas.
Así dio inicio la llamada “Guerra Genpai”, la cual tuvo una duración de 5 años y sumió al país en una terrible situación de violencia, destrucción y pobreza, que pronto se transformó en una terrible hambruna.
Minamoto Yoritomo tenía grandes habilidades políticas, su hermano Minamoto Yoshitune era un gran militar, fue así como poco a poco, los Minamoto fueron ganando terreno:
Yoritomo se encargaba de generar alianzas con los diversos clanes de samuráis mientras Yoshitune lideraba a su ejército. Su fama fue creciendo, era un hombre muy valiente, con un físico muy fuerte y una gran habilidad en el arte del combate, además de ser un gran líder que siempre estaba al frente de sus soldados en las batallas, grandes hazañas comenzaron a adjudicársele y pronto su leyenda comenzó a crecer, a tal grado que se le visualizó como el “modelo” de un samurái.
El jefe del clan Taira, Kiyamori murió, y el mando quedó en manos de Taira Tomomori.
Los Minamoto asediaron la capital del país y los Taira salieron con dirección a la costa, pero no se fueron solos, con ellos se llevaron al niño emperador — quien estaba bajo el cuidado de la viuda de Kiyamori —, y los Tres Tesoros Sagrados de Japón: un collar de jade, un espejo y una espada, las cuales se remontan hasta la diosa Amateratsu.
Fue así como los Minamoto tomaron la capital, que en ese momento se encontraba en la ciudad de Nara (hoy Kyoto) pero la guerra no terminaría hasta acabar con el clan de los Taira en su totalidad, por lo que Yoshitune partió decidido a acabar con ellos.
Las fuerzas de los Taira eran menor a las de Minamoto en una proporción de 1 a 3, sin embargo, su fortaleza consistía en que ellos eran expertos en combates navales, ya que una gran cantidad de su poder y prestigio lo habían ganado al combatir y derrotar a los piratas que asolaban las costas de Japón y las rutas comerciales con Okinawa, Corea y China; mientras que los Minamoto era grandes militares en el campo, pero carecían de experiencia en batallas marítimas.
Con esta ventaja, los Taira movilizaron su flota y se aprestaron a recibir a Yoshitune y los Minamoto. El mando de sus fuerzas estaba a cargo de Taira no Tomomori, quien era un experimentado general con importantes triunfos en diversas batallas navales.
Los Minamoto eran comandados por el Yoshitune quien era un gran militar… ¡en tierra!, pero que no tenia gran experiencia en cuanto a batallas navales se refería.
Además de la falta de experiencia de Yoshitune en el mar, el hecho de que los tres tesoros sagrados y el mismísimo emperador estuvieran del lado de los Taira, hizo que un gran número de hombres de los Minamoto no estuvieran muy dispuestos a embarcar para esa última batalla. Sin embargo la orden del jefe militar fue clara, quien no abordara sus naves sería un traidor y como tal sería castigado con la pena de muerte.
La audacia de Yoshitune era enorme, tanta que en una noche de tormenta embarco a sus hombres y los vientos huracanados del mar provocaron que su flota hiciera en solo cuatro horas un viaje que generalmente duraría 3 días, la sorpresa hizo presa de los Taira quienes fueron derrotados en la Batalla de Yashima.
En Yashima, los Taira tenían una fortaleza, dentro de la cual habían resguardado al emperador y los tesoros sagrados.
La fortaleza de Yashima estaba frente a la playa, separada de la isla principal por un estrecho el cual al bajar la marea podía recorrerse a caballo. Al llegar a Yashima, Yoshitune mandó a sus tropas encender una gran cantidad de fogatas, esto con el fin de aparentar que eran una fuerza en tierra mucho mayor que la con la que realmente contaban, el ardid funciono y ante un “ejército tan grande”, Tomomori dio la orden de abandonar el castillo y abordar sus naves, la batalla se decidiría en el mar. Un grave error, ya que el grueso de la fuerza de Yoshitune se encontraba en su flota naval.
Los Minamoto entraron al castillo y lo incendiaron, pero ni el emperador ni los tesoros sagrados estaban ahí, se encontraban ahora a borde de uno de los barcos de los Taira.
La batalla comenzó favoreciendo a los Taira, sin embargo, uno de los líderes Taguchi Shigeyoshi, deserto e informo a los Minamoto en que barco se encontraba el líder de los Taira y en cual se encontraban el emperador y los tesoros sagrados, con esa información Yoshitune da una orden que resultó importantísima, ordenó a sus arqueros que se olvidaran de los soldados, y que dirigirán todas las flechas a los marineros, navegantes y remeros; lo anterior generó que las naves de los Taira comenzaran a navegar sin control. Los dioses ayudaron a Yoshitune ya que la marea cambio, todo lo anterior inclinó la balanza en su favor.
Los Taira al notar que su derrota era inminente comenzaron a inmolarse, la mayoría de ellos se lanzaron al mar para morir ahogados. Una de las estampas más cruentas de esta batalla se dio cuando la viuda de Kiyamori y abuela del emperador (quien en ese momento tenía solo 6 años) tomó al niño en brazos y se lanzó al mar, ambos murieron ahogados.
Antes de morir, Kiyamori dio la orden de que los Tesoros Sagrados fueran arrojados al mar, el espejo y la espada fueron sufrieron esta suerte, mientras que el collar fue rescatado. La leyenda cuenta que la doncella encargada de tirarlo al mar fue alcanzada en su kimono por una flecha, que le impidió liberarse y cumplir con su cometido.
El líder de los Taira, Tomomori se ató el ancla de su barco y vistiendo su armadura se lanzó al mar.
Cuenta la leyenda que debido a la gran cantidad de muertos y violencia, el lugar quedó maldito, los marineros se niegan a cruzar por ahí y aseguran que por las noches, las almas en penas de los samuráis rondan por la zona, se asegura que extrañas luces, sonidos de batallas, gritos y cosas extrañas suceden ahí por la noche, además, se cuenta que después de la batalla, una rara especie de cangrejos, llamados “cangrejos Heike” comenzó a aparecer por el lugar, se dice que estos cangrejos tienen en su caparazón grabado el rostro de los soldados Taira que fallecieron ahí que no logran encontrar la paz.
El miedo de la gente llego a tal nivel que se construyó un santuario y se colocaron lapidas con los nombres de todos las personas que perdieron la vida en esa terrible batalla.
Al fin de la guerra, el clan Taira fue borrado de la faz de la tierra, hombres, mujeres y niños fueron asesinados por los triunfantes Minamoto y sus aliados. De esta manera daba inicio el primero de los shogunatos en Japón, el Kamakura.
Sbn Yuri LópezGallo