Por Sbn Yuri LópezGallo
Más allá de sus aplicaciones prácticas y de su sentido pedagógico, en las formas de expresa la verdadera riqueza del arte marcial.
Las tres doctrinas filosóficas que constituyen la columna vertebral de las artes marciales nobles se manifiestan de manera clara en su entrenamiento:
-Budismo
-Confusionismo
-Taoísmo
Si entrenamiento, le genera además de la mejora de capacidades físicas, la posibilidad al estudiante de artes Marciales de trabajar en los tres niveles del entrenamiento:
-Huegong (cuerpo)
-Nehgong (mente)
-Simgong (espíritu)
De esta manera, el practicante a través de las formas, puede lograr ser uno con el universo a través de una meditación activa, logrando al menos por un momento ser uno con el universo.
La riqueza de las formas y su entrenamiento son al final, el desarrollo personal del artista marcial donde el principal motivador de su desarrollo será el mismo, ya que a diferencia del combate donde hay un estímulo externo, en las formas el practicante solo se tiene como adversario a sí mismo, tal y como lo dice el gran Sabio Lao-Tse en el libro Tao-Te-Ching:
El hombre que conoce lo externo, es erudito.
El hombre que se conoce a sí mismo, es sabio.
El hombre que conquista a los demás, es poderoso.
El hombre que se conquista a sí mismo es invencible.
Las formas son, en sí mismas, la verdadera esencia del arte marcial, donde el DO no depende de una confrontación sino de una manera de comportamiento ante uno mismo, ante la sociedad y ante Dios, y de esa forma estar en armonía con el universo.
Sbn Yuri LópezGallo
Con extractos del libro “Taekwondo, Origen, Bases y Fundamentos”, pedidos vía WhatsApp al 55 4816 8412
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