Antecedentes
Kanō Jigorō nació en una familia que elaboraba sake en la ciudad de Mikage, Japón (ahora dentro de Higashinada-ku, Kobe) el 10 de diciembre de 1860 (el día 28 del décimo mes de la era Man’en, lo que lleva a su cumpleaños. ) que se celebra el 28 de octubre). Las marcas de sake familiar incluían «Hakushika», «Hakutsuru» y «Kiku-Masamune». Pero el padre de Kanō, Kanō Jirōsaku (de soltera Mareshiba Jirōsaku) era un hijo adoptivo y no fue en su lugar, trabajó como sacerdote laico y como empleado principal de una compañía naviera. El padre de Kanō era un gran creyente en el poder de la educación, y le proporcionó a Jigorō, su tercer hijo, una excelente educación. Los maestros incluían a los eruditos neoconfucianos Yamamoto Chikuun y Akita Shusetsu. La madre de Kanō murió cuando el niño tenía nueve años, y su padre se mudó con la familia a Tokio. El joven Kanō estaba matriculado en escuelas privadas y tenía su propio maestro de idiomas. En 1874 fue enviado a una escuela privada dirigida por europeos para mejorar sus habilidades lingüísticas en inglés y alemán.
En el momento de su adolescencia, Kanō medía 1,57 m (5 pies 2 pulgadas) pero pesaba solo 41 kg (90 lb). Fue acosado con frecuencia en la escuela debido a su pequeño tamaño y su naturaleza intelectual, hasta el punto de que otros los estudiantes lo arrastraron fuera de los edificios de la escuela para golpearlo, por lo que deseaba ser más fuerte para poder defenderse. Un día, Nakai Baisei (un amigo de la familia que era miembro de la guardia del shōgun) Al ver el potencial para la autodefensa en esto, Kanō decidió que quería aprender el arte, a pesar de que el jūjutsu era una forma excelente de entrenamiento físico, y le mostró a Kanō algunas técnicas mediante las cuales un hombre más pequeño podría vencer a un oponente más grande y más fuerte. La insistencia de Nakai que tal entrenamiento estaba desactualizado y era peligroso. El padre de Kanō también lo desanimó del jūjutsu, ya que ignoró la intimidación que sufrió su hijo, pero después de notar el profundo interés de Kanō en el arte, le permitió entrenar con la condición de que Kanō se esforzara para dominarlo.
A principios de la década de 1880, no había una separación clara entre el jūjutsu que estaba enseñando Kanō y el jūjutsu que sus maestros habían enseñado en el pasado. El maestro de Kitō-ryū de Kanō, Iikubo Tsunetoshi, asistía a las clases de Kanō dos o tres veces por semana para apoyar Enseñanza de Kanō. Con el tiempo, el estudiante y el maestro comenzaron a intercambiar lugares, y Kanō comenzó a derrotar a Iikubo durante el randori:
Por lo general, era él quien me lanzaba. Ahora, en lugar de ser arrojado, lo estaba lanzando con una regularidad cada vez mayor. Podía hacer esto a pesar de que él era de la escuela Kito-ryu y era especialmente experto en técnicas de lanzamiento. Esto aparentemente lo sorprendió, y estuvo bastante molesto por eso durante bastante tiempo. Lo que había hecho era bastante inusual. Pero fue el resultado de mi estudio de cómo romper la postura del oponente. Era cierto que había estado estudiando la problema durante bastante tiempo, junto con el de leer el movimiento del oponente. Pero fue aquí donde primero traté de aplicar completamente el principio de romper la postura del oponente antes de moverme para el lanzamiento …
Le conté al Sr. Iikubo sobre esto, explicándole que el lanzamiento debe aplicarse después de que uno haya roto la postura del oponente. Luego me dijo: «Esto es correcto. Me temo que no tengo nada más que enseñarle».
Poco después, me inicié en el Kito-ryu jujitsu y recibí todos sus libros y manuscritos de la escuela.
Kanō Jigorō, al informar sobre su descubrimiento
Para nombrar su sistema, Kanō revivió un término que Terada Kan’emon, el quinto director del Kitō-ryū, había adoptado cuando fundó su propio estilo, el Jikishin-ryū: «jūdō». El nombre combinaba los caracteres jū), Significa «flexibilidad», y dō, que es literalmente «El Camino», pero en sentido figurado significa «método».
Desde un punto de vista técnico, Kanō combinó las técnicas de lanzamiento del Kitō-ryū y las técnicas de asfixia y sujeción del Tenjin Shin’yō-ryū. Como tal, el Koshiki no Kata de judo conserva las formas tradicionales del Kitō-ryū con solo pequeñas diferencias. De manera similar, muchas de las técnicas (pero no las formas) del Tenjin Shin’yō-ryū se conservan en el Kime no Kata.
El trabajo inicial de Kanō fue influenciado por varios métodos e instituciones. Como escribió en 1898, «Al reunir todos los puntos buenos que había aprendido de las diversas escuelas y agregar de ellos mis propios inventos y descubrimientos, ideé un nuevo sistema para la cultura física y entrenamiento moral».
Transición
A finales del siglo 19, los estados unidos proponen a japón el intercambio cultural y eso provoca una discusión entre los políticos japoneses dado que japón es un país que no aceptaba el intercambio con otros países, al final terminan aceptando la apertura a otros países. Fue en el año 1868 que comienza la Era Meiji lo cual desata una reforma en los aspectos culturales y tradicionales.
A raíz de esta apertura a otros países a los samuráis se les prohíbe portar armas y a raíz de esto el jiu jitsu comenzó a decaer. El Templo budista de Ei shoji era el centro principal de los samuráis este templo comenzó a quedarse sin los maestros antiguos samuráis y comenzaron a dedicarse a otro oficio.
Es en ese momento que Jigoro Kano en el año 1882 crea su propia escuela a la cual llamó Kodokan, que significa «casa que enseña el camino» en Eishoji, Tokyo, Japón
La transición o la apertura de un nuevo método no fue fácil dado que los alumnos de Jigoro Kano se sometieron a diversos enfrentamientos con los jiu jitsokas y así demostrar cuál método era el más efectivo.
Así comienza el judo con otro cambio de técnica y mentalidad por parte de Jigoro Kano uno de los cambios significativos es:
No podemos esperar a utilizar la fuerza del oponente, si el oponente no se mueve nosotros tendremos que utilizar la fuerza para que este se mueva y utilizar un mínimo de nuestra fuerza para derribar a nuestro oponente. Esto es aplicable a todos los aspectos de nuestra vida y no sólo al de un combate.
